jueves, 21 de abril de 2016

La vida es hacerse una foto y yo salgo con los ojos rojos

Es ese tiempo del año otra vez. Sabes cuál, ¿no?
¿No?
Vaya, eso es una verdadera lástima. Tendrás que mirar por la ventana para saberlo. Igual nos vemos, igual eres mi vecino de enfrente. ¡Hola! Te diría. Hola... ¿Sabéis esas noches en las que os ponéis tontos y pensáis? Pensáis y pensáis.
Y qué difícil es a veces existir, ¿no creéis? Con todo esto de... el pasado, y las palabras, y sentir, y hacer cosas por la causa de unas cosas que no estás seguro de cómo ocurrieron pero que ahora te golpean en la cara hasta que hagas esa cosa de la que ahora eres responsable aunque nadie te lo ha dicho ni te ha enviado un fax ni nada. ¿Quién se va a poner a enviar fax a estas horas? ¿Tú sabes el ruido que hacen?

¡Ay! Es ese tiempo del año otra vez. En el que me canso de esta vida que me hago vivir. No es nada dramático ni depresivo, no es nada de eso, no. Es tan solo que me apetece bajarme del tren de vez en cuando, ver por dónde he estado yendo y si es posible comprar una bolsa de pipas en algún puestecillo de la estación. Comprobar que mi reloj está en hora. Quizá comprarme un sombrero. Esas cosas. Y preguntarme por cómo he estado viajando hasta ahora, ¿debería seguir viajando? Quizá. O quizá ya ha sido suficiente. Podría apagar mi cabeza en cualquier momento, dejarme vivir tranquilo sin tanta pregunta y tanta tontería. Poder podría. ¿Debería?
Me pregunto, me pregunto.

¿Es mejor que esté a que no esté? ¿Soy un "buen hombre"? Quizá solo soy un niño idiota con un barco con ruedas y conexión a Internet que no sabe lo que hace.
Bueno.
Esa última parte es totalmente cierta. No sé lo que hago, eso desde luego, eso lo sé. ¡Ah! ¡Ironía! ¡Quitámela! ¡Quitámela!

Bú.

"Soy un buen hombre...".

*Suspira*

*Bebe un poco de Nesquick*

*Se recuesta y mira al techo, pensante, aunque en realidad tiene la mente en blanco porque no sabe seguir*

¿Sabéis? A veces pienso que la realidad se me escapa, que cuando acerco la punta de mis dedos es como si tocase niebla que se desvanece entre mis brazos. Todo es tan volátil... E irrelevante. Y a la vez todo hace ruido, más que el que debería hacer. Nada dura para siempre, nada debería durar para siempre.
No me seguís, ¿verdad?
Llegan momentos en los que miro los nombres de las personas que tengo apuntadas en mi agenda, que miro a los ojos de las personas que caminan por la calle... y veo todo tan... transitorio. Momentáneo. Aunque ese momento dure ochenta años. No es más que un encuentro. Un encuentro entre dos monos que hacen mucho ruido. Veo como se alinea el mundo, los conceptos globales, a dónde van las historias y cómo acaba esta, cómo empieza la siguiente y qué tan tontos hemos sido por el camino. Todo es tiempo, como el estribillo de una canción...
¿Me habéis vuelto a perder? Yo a mí mismo sí.

¿Qué decía?

¡Ah! ¡Sí! Que a veces siento que el mundo y la realidad no son más que un instante muy largo que se escapa de nuestros dedos como el olvido de la memoria. No es poesía, es literal lo que siento.
"Quieres ser un hombre bueno, eso es lo que cuenta", dicen.

"El fuego da luz y calor, y también destruye todo a su paso".

Me caigo del tren.

¡Au!