viernes, 27 de mayo de 2016

Palabras de un idiota

El ego es un arma arrojadiza.
Quitárselo para ser feliz.
Bebérselo para ser libre.
Y pinchárselo en vena para gustarte.
Es jodido, necesario, estúpido.

¡Es el más idiota de todos los tontos!

Recoge tus cosas y vete, déjame tus huellas.
Déjame las cicatrices y tu ropa.
La sangre costra y las pesadillas viudas.
Recoge las lágrimas que nunca fueron tuyas.
Sé la musa de aquel que te soporte.

¡Es el más idiota de todos los tontos!

Porque no te quiere.
Ni te soporta.
Ni te aguanta.
Ni puede verte una vez más.
Aunque quiera recorrer tus venas
como un conductor borracho
de sueños frustrados y familiares muertos.

¡Es el más idiota de todos los tontos!

Deshazte del humo despeinado de tu aliento.
Mándate como profeta de tus moratones.
Arráncate las canciones de amores mortales.
Quémate las palabras que te apropiaste.
Rómpeme cada hueso amarillo que te quiera.

Quizá así encuentres al más idiota de todos los tontos.


domingo, 1 de mayo de 2016

Tarot - Poema de Shane Koyczan traducido

El Idiota ama completamente. Está de pié con los brazos abiertos para dar abrazos gratis, no considera esto como trabajo. Cree que es necesario. Cree que alguien tiene que darle un giro positivo al término "arms dealer". Así que da abrazos gratis, está con los brazos extendidos como invitaciones a una fiesta. No es necesario rsvp, estás cordialmente invitado aquí... ahora. 
No hay necesidad de negar una necesidad de ser agarrado. Suelda tus brazos alrededor de sus hombros, pega tu barbilla en su pecho, prueba su compromiso si es que debes, el Idiota nunca te dejará ir. 
Tampoco te mantendrá para siempre.
Será tuyo hasta que tú digas. No sabe cómo parar, ha ido a través del sí y el no como el movimiento de las olas solamente para salir corriendo. No se queda lo suficiente para ver si el boomerang vuelve. Él no hace su maleta a la ligera. Será el primero en llegar a su fallecimiento pero sorprenderá incluso a la Muerte yéndose pronto. 

Él creció junto a una montaña. Una que se quitaba la nieve como piel sabiendo que una avalancha demuestra el poder que las cosas se vayan. El Idiota vino sin ningún sentido de la orientación. Si dependiera de esto se caería. Hará sonar una vieja lata buscando cambio, porque no puede aguantar siempre lo mismo. Desechará las preguntas simples, no le preguntes cómo le va. Él no te quiere contar qué hay de nuevo. Está sordo para la información del tiempo y ciego para tus adorables fotos de tu gato, perro o bebé. Sin embargo mirará a tu pez, no cuestiones sus métodos. 

El Idiota no sabe cómo parar. Pero se espera que entienda el momento en el que su mano se suelta. Se espera que entienda que los pequeños gestos de amabilidad tan sólo eran fingidos. 
Se espera que trascienda sus propios sentimientos y haga hueco para lo no esperado que de pronto vino, la justificación suena en su cabeza como la canción de una antigua y mala serie. 

Tonta criatura, el amor es para los humanos. 

Sonríe. 

A la vez sus orejas se convierten en cubos de basura que se van llenando de los consejos de usar y tirar que todo el mundo da pero parece que nadie toma. Su cuerpo se convierte en el lago donde otros lanzarán la piedra de su corazón para que se hunda más allá de donde puedan ser salvadas. Incluso en esto, juntará sus manos y te deseará una felicidad implacable. Plantará un beso en cada que herida abierta donde el amor dejó sangrando. Cada beso florecerá en una corona que descansará sobre la lápida de su tumba, donde él se quedará quieto, por respeto a lo que fuera esto. Él hará esto porque es lo que él hace. 
Su amor no acaba. 

Doblará todo hasta el principio, rodeando tu cintura con la línea de meta como su fuera un cinturón sólo para que sientas lo que sintió rodeándote. Cuando no sabía nada sobre propiedades, cuando rechazó poner cadenas a tu alrededor sabiendo entonces, como sabe ahora, cómo de bella es la obediencia pero sólo cuando es dada. 
Será el clavo que cerrará el féretro de tu duda. Te contará la verdad sobre esta carrera que has estado corriendo. La única línea de meta es la muerte y bien rápido o bien lento y constante, preparada o no, un día debes ganar. Un día serás la montaña que dejó irse a su nieve. Enseñarás a las ramas cómo decir adiós a sus hojas. Serás la única cuerda del tapiz que se sale del diseño. 
Tu línea de meta corre hacia ti, así que sonríe y confía en que nosotros, todos nosotros, llegaremos al mismo destino pero por ahora eres la inventora de tu historia así que sé creativa. Vive como si el mundo a tu alrededor es tu taller y cambias las partes que no funcionan por las que sí. Construye a través del dolor. 
Habrá dolor. 
Habrá decepciones y culpa. Habrá monumentos construidos con el único propósito de celebrar todo lo horrible que tiene existe simplemente para darnos un bello contraste. 

El Idiota caminará y dejará atrás todo esto, Separará átomos con sus tobillos como si cada nuevo paso hacia adelante revela un pequeño caos dejó caer en su estela. Se abrirá entero y ofrecerá su confianza, sabiendo que es el único regalo que vale la pena, que la parte más difícil de la vida es ver lo que otros hacen con ella.
Que habrá algunos que la romperán en dos sólo para hacerle sentir lo que ellos sienten. Habrá aquellos que la roben, manipulen, usen para hacer daño a otros, se metan unos con otros aunque sólo por su divertimento. Pero el Idiota debe confiar que habrá aquellos que la guarden tras los bastiones de su médula sacrificando sus propios huesos para protegerla. Que el riesgo de encontrar una sincera conexión en mitad de la casa de locos es lo que hace que el dolor valga la pena.

Habrá días en los que estará gastado, días en los que su corazón se convertirá en la pensión barata que otros usarán para guardar sus planes de por si acaso. Su vida será el pedazo de cuerda entre dos latas donde los amantes interpretan la cuerda floja de la felicidad. No considerará esto como injusto, Él niega su instinto para que le importe menos, el primero que diga "adivina, no estaba en las cartas" se le echará de ellas. Y él se inclinará a decirles "tampoco estaba en los dados". No estaba en los dominós, Dios no creo en certezas. No estaba en el aire. Estaba más allá de la atmósfera. Estaba en todas partes a la vez.

Era tan bello que la gente se cuestionará si siquiera existió. Será listado entre Big Foot y el Monstruo del Lago Nés. La gente presionará a la ciencia en que les den una respuesta que la ciencia no puede dar. Vivirá en la imaginación de los idiotas, aquellos pocos dispuestos todavía a desear a las estrellas y en creer en los más pequeños de los porcentajes. Habrá esperanza y no puedes tenerla hasta el momento hasta que admitas que hay momentos en el que la única respuesta sincera es "No lo sé".

El Idiota va a través de la vida al mismo tiempo que la vida va a través de él. Se derramará a sí mismo más allá de los límites y nadará a través de su desastre, sabiendo que hizo su parte de la única manera que podría haberla hecho. Que se quedó quieto cuando tenía que moverse. Hizo esto solamente para demostrar que lo único que nos pertenece son las decisiones que tomamos. Que perdemos todo arriesgando nada. Que atraemos nuestro final fingiendo que no nos duele, como si estuviéramos de alguna manera por encima de ello.

El Idiota camina a ciegas recordándonos que no podemos simplemente llevar lo necesario, tenemos que amar lo que llevamos.

Shane Koyczan














jueves, 21 de abril de 2016

La vida es hacerse una foto y yo salgo con los ojos rojos

Es ese tiempo del año otra vez. Sabes cuál, ¿no?
¿No?
Vaya, eso es una verdadera lástima. Tendrás que mirar por la ventana para saberlo. Igual nos vemos, igual eres mi vecino de enfrente. ¡Hola! Te diría. Hola... ¿Sabéis esas noches en las que os ponéis tontos y pensáis? Pensáis y pensáis.
Y qué difícil es a veces existir, ¿no creéis? Con todo esto de... el pasado, y las palabras, y sentir, y hacer cosas por la causa de unas cosas que no estás seguro de cómo ocurrieron pero que ahora te golpean en la cara hasta que hagas esa cosa de la que ahora eres responsable aunque nadie te lo ha dicho ni te ha enviado un fax ni nada. ¿Quién se va a poner a enviar fax a estas horas? ¿Tú sabes el ruido que hacen?

¡Ay! Es ese tiempo del año otra vez. En el que me canso de esta vida que me hago vivir. No es nada dramático ni depresivo, no es nada de eso, no. Es tan solo que me apetece bajarme del tren de vez en cuando, ver por dónde he estado yendo y si es posible comprar una bolsa de pipas en algún puestecillo de la estación. Comprobar que mi reloj está en hora. Quizá comprarme un sombrero. Esas cosas. Y preguntarme por cómo he estado viajando hasta ahora, ¿debería seguir viajando? Quizá. O quizá ya ha sido suficiente. Podría apagar mi cabeza en cualquier momento, dejarme vivir tranquilo sin tanta pregunta y tanta tontería. Poder podría. ¿Debería?
Me pregunto, me pregunto.

¿Es mejor que esté a que no esté? ¿Soy un "buen hombre"? Quizá solo soy un niño idiota con un barco con ruedas y conexión a Internet que no sabe lo que hace.
Bueno.
Esa última parte es totalmente cierta. No sé lo que hago, eso desde luego, eso lo sé. ¡Ah! ¡Ironía! ¡Quitámela! ¡Quitámela!

Bú.

"Soy un buen hombre...".

*Suspira*

*Bebe un poco de Nesquick*

*Se recuesta y mira al techo, pensante, aunque en realidad tiene la mente en blanco porque no sabe seguir*

¿Sabéis? A veces pienso que la realidad se me escapa, que cuando acerco la punta de mis dedos es como si tocase niebla que se desvanece entre mis brazos. Todo es tan volátil... E irrelevante. Y a la vez todo hace ruido, más que el que debería hacer. Nada dura para siempre, nada debería durar para siempre.
No me seguís, ¿verdad?
Llegan momentos en los que miro los nombres de las personas que tengo apuntadas en mi agenda, que miro a los ojos de las personas que caminan por la calle... y veo todo tan... transitorio. Momentáneo. Aunque ese momento dure ochenta años. No es más que un encuentro. Un encuentro entre dos monos que hacen mucho ruido. Veo como se alinea el mundo, los conceptos globales, a dónde van las historias y cómo acaba esta, cómo empieza la siguiente y qué tan tontos hemos sido por el camino. Todo es tiempo, como el estribillo de una canción...
¿Me habéis vuelto a perder? Yo a mí mismo sí.

¿Qué decía?

¡Ah! ¡Sí! Que a veces siento que el mundo y la realidad no son más que un instante muy largo que se escapa de nuestros dedos como el olvido de la memoria. No es poesía, es literal lo que siento.
"Quieres ser un hombre bueno, eso es lo que cuenta", dicen.

"El fuego da luz y calor, y también destruye todo a su paso".

Me caigo del tren.

¡Au!

miércoles, 2 de marzo de 2016

El espacio exterior de aquí al lado

La realidad, chicos y chicas, es extraordinaria. Caminamos juntos y torpemente, solos y como uno. Somos curiosos, incansables, idiotas. Estamos locos. Siempre caminamos hacia delante, mirando atrás. No tenemos más elección que intentarlo, una y otra y otra vez. Y cada vez que nos caemos con la dichosa piedra cantamos lo mismo: ecos de que ese no es nuestro final, tan sólo es el principio.
Somos viajeros, niños, infinitos. Todo, cada rincón del universo es infinitamente complejo y sí, tú y todos somos asombrosamente improbables. Cada momento, cada instante de alegría, tristeza o ira es un milagro estadístico. Cada beso, recuerdo y verso es una suerte maravillosa. Y no cesaremos, no acabaremos, porque somos realidad. La realidad es el cuento más grande que habremos leído y del que hemos tomado parte.
Nuestras despedidas son susurros en el vacío cósmico y tenemos, todos, una oportunidad de brillar y asombrarnos. De soñar y reír como tontos. Somos los monos más tontos, incongruentes, contradictorios y desagradecidos de la galaxia. Pero reímos, sonreímos y abrazamos como ninguno.
Y es que la Humanidad es y espero que sea siempre un gran misterio, uno del que me siento maravillado de formar parte y poder jugar con él. Y no importa a dónde vayas y no importa quién seas, tú y todos somos realidad, formamos parte de un mismo todo. Uno que no ha dejado de mirar. No hemos dejado ni dejaremos de mirar. De recordar. De soñar. De contar. De abrazar. De sentir. De mirar al cielo estrellado y sonreír. Porque somos aventureros de las estrellas. Y nos arrepentiremos de no haber soñado lo suficiente.
Somos tontos e infinitos, uno y todo. Así que, por todo, por tu propia existencia, sé amable. Abraza más. Haz sonreír y reír. No dejes de soñar y camina todo lo que puedas. Y recuerda que seas quién seas y vengas de dónde vengas eres humano y real. Quieras o no estaremos y seremos contigo hasta el final.

sábado, 23 de enero de 2016

Cosicas culturales entre Occidente y Oriente

                Cuando el ser humano es consciente de sí mismo y comprende cómo transmitir los conocimientos de toda una vida de generación en generación comienza la cultura y con ella la religión, es decir, un sentimiento de maravilla hacia la existencia y la realidad.
Este sentimiento más tarde se define, se domina y se dirige para unos objetivos y otros. Hubo pueblos que usaron la religión para tener control sobre su sociedad, quien la usó para superar el arte, quien la usó para dar calma a su espíritu. Tantas respuestas como seres humanos ha habido.
Pero, ¿cuándo ocurre esto?

La teoría antropológica más extendida nos cuenta que ocurre a través del crimen, el crimen original del que beben todas las culturas. El crimen de matar a un hermano.
Al rival opuesto, al reflejo de uno mismo. Cuando se comete el homicidio entre iguales es cuando el superviviente es consciente de lo que ha hecho y es este momento de reflexión el que genera las ideas, los miedos y los sentimientos metafísicos del hombre porque se enfrenta a algo que no acaba de comprender: La Muerte. Y de esta manera comienza a rendir culto a sus muertos, al muerto. Este sacrificio, este crimen da el origen al orden humano, es cuando uno grita y el resto calla para escuchar qué está pasando.
Y para que esto no vuelva a pasar se crea el rito, la repetición del crimen mediante la representación del mismo. Se recrea el momento de la sangre para no derramar sangre de más y así traer el orden una vez más. Y pasan generaciones y generaciones. La sangre y tripas se convierten en confeti y el chivo expiatorio en un tótem, en un muñeco o en un personaje extraño. Los ritos que tratan de imitar el momento originario se vuelven cada vez más vagos, un teléfono escacharrado a través del tiempo. ¡Lo cual es alarmante pues sin rito se pierde el porqué del orden! Entonces comienza el mito.
El mito es la historia, la leyenda, que justifica el rito. El “porqué hacemos esto”. El mito no sabe de qué habla y el rito no entiende qué hace. Lo cual resumen bastante bien la caótica dirección humana.

¡Bien! Pues con estas pequeñas nociones podemos comenzar a hablar de las formas que estos mitos han tomado en el mundo.
La geografía de esta gran gota de agua que es el planeta Tierra ha dado dos principales corrientes de pensamiento a lo largo de milenios: Occidente y Oriente. Y las diferencias de éstos radican, tienen como raíz, sus mitos. Y es que los mitos, que no saben de qué hablan, dan forma al mundo pues son los porqués de lo que hacemos y hacemos lo que nuestra cultura, hecha de mitos y ritos, nos han enseñado a hacer. Y por lo que hacemos somos quienes somos. Es por ello que nuestra identidad coincide con los mitos que nos han construido.

A través del tiempo el individuo de Occidente y el individuo de Oriente han tenido diferentes experiencias vitales a pesar de ser ambos un saco de agua hecho de los mismos materiales y las mismas posibilidades.

El individuo de Occidente por lo general siempre ha sido más ambicioso, creció con grandes epopeyas y épicas. Aventuras maravillosas que prometían gloria y fortuna, honor y maravilla. Aventuras que él, si era tan valiente como Ícaro, tan fuerte como Thor, tan resistente como Cú Chulain, podría vivir y superar. ¡Qué habrá más allá del horizonte!
Hasta el judeocristianismo el individuo occidental era un ser belicoso con ganas de llegar más lejos que sus padres. Su vehemencia le impulsaba hasta nuevos horizontes y su camino estaba escrito en las estrellas y en el destino. La filosofía judeocristiana liberó sus actos, se hizo dueño de sus propias pisadas. Esto hizo que el paso de la niñez a la madurez no sólo trajese consigo la responsabilidad para con su comunidad sino que se le exigía ser creativo e innovador. Es decir, ser algo que la tierra nunca antes había visto.

Por otro lado el individuo de Oriente, acorde a sus cómodos climas, se hizo armonioso y buscaba la no perturbación de su existencia. Su experiencia vital se tornó pacífica y en busca de la perfecta organización vital. Sus mitos hablaban del regalo de la vida, de cómo los dioses habían logrado todo esto y como todo esto por tanto era sagrado y mejor no tocarlo. El individuo oriental tiene un destino, y ese destino está grabado en los códices que los creadores del mundo dejaron, su misión ya está prescrita y ahora sólo tiene que seguirla.
Se le pide ocupar el orden que le toca y si no le gusta no se preocupa porque tras la muerte tendrá otra oportunidad. Así el mundo se torna estable, un sistema imperturbable que pide al individuo que cuando se vaya deje todo como estaba.
Desde Japón a India a China a Oceanía.

¿Qué tienen en común estas dos culturas aparentemente opuestas?

La experiencia que sufren ambos individuos es traumática y es la misma. Y es traumática por el hecho de que todo en este mundo supera al individuo, desde una montaña, a la fotosíntesis, a la lluvia, a otro individuo. Logramos calmar nuestra existencia gracias a las respuestas que nuestra cultura da a la multitud de preguntas que nos surgen a medida que vivimos.
¿Qué es un trueno? ¿De dónde venimos? ¿Por qué un río crece o decrece en su caudal? ¿Por qué se mueven las estrellas? ¿Qué es la luz brillante que hay a veces en el cielo que ilumina toda la tierra que veo? ¿Qué soy? ¿Quién soy? ¡¿Qué es todo esto?!
Como todos somos igual de “idiotas” y maravillados por nuestra existencia, otros han dejado las respuestas que han encontrado para que nosotros podamos dar respuesta a aquellas preguntas que aún ningún antepasado nuestro ha respondido.
Entonces, naturalmente, esas respuestas nos dan claves para responder nosotros a aquellas preguntas para que las que no encontramos respuesta. ¡Y esa clave depende de los abuelos que tengas! Pero el método es el mismo.

Por simplificarlo, el oriental y el occidental se comen la misma existencia pero cada uno le pone una salsa diferente.
Es por esto que las diferencias que se encuentran, aunque significativas en la vida de cada uno, los sueños de cada uno, las aspiraciones, lenguajes, filosofías, comidas de cada uno son simplemente consecuentes de las respuestas que han encontrado en sus antepasados. Pero su existencia, esencialmente es la misma. Y así igual que unos macarrones con salsa curry y pimentón no se parecen en nada, aparentemente, a unos macarrones con chorizo y tomate ambos son platos de macarrones, y para ambos hay que cocer la pasta para luego echarle la salsa. Lo mismo pasa con el individuo oriental y el individuo occidental.
¿Qué diferencias hay por tanto en su experiencia vital humana? Todas las del mundo, aunque son diferencias de forma no de esencia. Difieren en la concepción de qué espacio ocupan en el mundo pues el occidental ha de innovarlo y el oriental armonizarse con el que ya hay pero ambos buscan ocupar un lugar en el mundo. Difieren en su filosofía, mientras que el occidental busca respuestas sin parar desechando, dudando o cuestionando las anteriormente dadas, el oriental busca el camino para dar las respuestas que anteriormente se dieron pues dar otras sería equivocarse, pero ambos buscan dar respuestas. Difieren en cómo ven el horizonte, el occidental ve algo que cruzar y el oriental algo que defender, pero a ambos les preocupa.
Y así con absolutamente todo.

Sus diferencias y similitudes son por tanto cuestión de lo que su cultura hace de ellos más que del individuo en sí mismo. Y lo que crea su cultura es lo que sus individuos hacen de ella. Y es este círculo lo que mueve el mundo hacia futuros inciertos que, sin duda, serán la mar de interesantes para ambos individuos.


ÚLTIMOS PENSAMIENTOS

                Estas realizaciones están bien, pero ¿dónde nos deja todo esto hoy? ¿Qué hacemos con ellas? ¿Nos ayudan a comprender el mundo hoy?

Sostengo que sí, y más que nunca. Como dijo Joseph Campbell los horizontes que separaban a Oriente y Occidente han caído y la cultura ha comenzado hace décadas a comportarse como una corriente de convección tratando de templarse.
Occidente y Oriente chocan, beben el uno del otro, se gritan, se cierran, se abren. Hay una tormenta cultural contradictoria importante pero maravillosa y creo que de eso va el posmodernismo. De reconocernos todos globales y humanos, esa es nuestra vanguardia, tomar todas las culturas como herramientas a nuestro al alcance con las que poder manchar el mundo con nuestras intenciones. Para bien, mal o regular.
Y sí, una vez más, es muy posible que los mitos dejen de entender qué es lo que los ritos representaban pero también es muy posible que la cultura de la información y la comunicación no deje que nada se pierda, no deje que nada se malentienda pues todos estamos atentos y activos para con nuestra comunidad y esa comunidad es más grande de lo que un ser humano puede concebir. ¡Y está formada de orientales y occidentales!

El mejor escenario es aquel en el que los seres humanos globalmente en los otros seres humanos. Donde la experiencia vital de cada uno sólo es tintada de unos colores u otros pero la esencia está intacta y es la misma.
Aún creo que nos queda un gran trecho hasta ese momento. Quedan muchos rechazos, quedan muchos golpes y gritos. Pero es probable que en las próximas décadas una nueva cultura con lo mejor de cada una nazca por el progreso armónico del ser humano. ¡La probabilidad existe! Pero hemos de ir con pies de plomo.

Vivimos uno de los momentos más interesantes que la humanidad ha vivido y tenemos una oportunidad de que salga bien. De ser más que un destello en la eternidad del espacio, tenemos la oportunidad de ser una llama inapagable que recuerde al vacío del cosmos que una voz ha surgido. Que los hermanos ya no luchan, que ya no hay que sacrificar más al fuego. Y a pesar de las muertes, los gritos y el terror que acechan nuestro mundo, no es nada comparado con todo lo que hemos pasado hasta este punto. Este punto donde una chica india puede convivir con un judío, un australiano y un sudafricano en un piso en Norteamérica. ¡¿No es increíble?!

Si eso es probable, ¿por qué no va a ser probable que, por una vez, chicos y chicas, por una vez nos llevemos todos bien?