domingo, 15 de noviembre de 2015

16 de Noviembre de 2015. Quiero ser salvaje

Sé que debería dormir, que eso calmaría mis males y haría que los demonios volviesen a su cueva. Pero. ¡Joder! ¡Yo no quiero eso! Quiero enfrentarme a ellos, quiero cortarles la cabeza y prenderles fuego. Quiero que no me atormenten más, mis demonios.
Debería irme a la cama, ¿no? Debería... Sí. Debería dormir, dulces sueños. Good bye. Y seguir corriendo... de las sombras de mi pasado, de mi presente. El dolor, la frustración, la desesperanza. La vida que nunca quisimos. ¿La vida que merezco? ¡Esta noche muere un demonio! ¿No? Y yo qué sé...

No sé ni con quién hablar ya. Parecen palabras de imbécil emo.
Necesito jungla, necesito salvaje, necesito espacio para gritar y correr y morder y agarrar. Necesito razones para moldear y presionar y descargar. Solo un poco. Soy una varilla de incienso, siempre con una llama tenue que ambiente un poco la atmósfera, calmada; y necesito una llamarada. Necesito soplar y crear una llamarada. Una que haga que unos ojos brillen en su reflejo.

Un momento. ¿Necesito? No. En realidad no. Creo.

¿Entonces? Ya no sé. Me he perdido.

Tan sólo creo que... No quepo en los tarros de este mundo

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